MEDIO AMBIENTE
Nosotros, fieles a los compromisos con la sociedad actual y conscientes del daño que ejercemos a nuestro planeta hemos apostado por el uso responsable del papel.
A través de nuestros proveedores garantizamos que la madera usada en el proceso de fabricación del papel, procede de un bosque bien gestionado, asegurando su futuro al haber considerado aspectos sociales, ambientales y económicos.
La ecoedición, consiste en editar una publicación minimizando los impactos medioambientales que se producen a lo largo de todo el proceso, desde el diseño hasta la distribución, teniendo en cuenta tanto las materias primas empleadas, como el proceso de impresión, la gestión de stock, el embalaje y la gestión utilizado en la distribución.
¿Sabías qué?
Leer un periódico
La lectura de un periódico en papel tiene menor impacto en el calentamiento global que la lectura de noticias en internet durante 30 minutos.
Fabricación de papel
La reforestación de bosques para su utilización, principalmente pino y eucalipto que se cultivan es para esta finalidad.
No se utiliza madera noble, ni especies exóticas de bosques tropicales, sino maderas de crecimiento rápido.
Consumo de madera
Un 28% se destina a los aserraderos y alrededor el 11% se utiliza directamente para la fabricación de papel
La industria papelera
No es la principal industria consumidora de madera. Las cortas anuales de madera en el mundo se deben en un 53% a su utilización como combustible.
Infórmate sobre el papel y el medio ambiente
El papel hace crecer los árboles
El papel es natural y renovable porque crece en los árboles. La madera que se utiliza para fabricar papel se planta y se cultiva en España en 450.000 hectáreas de plantaciones, que están continuamente regenerándose y replantándose.
Además el papel hace crecer los árboles: más papel significa más árboles y más empleo rural. Las plantaciones para papel contribuyen a incrementar la superficie arbolada. De hecho, según la FAO, en España y en Europa los bosques crecen y a nivel mundial el ritmo de deforestación disminuye.
El papel significa también empleo rural: 5.500 empleos directos relacionados con los trabajos de repoblación y selvicultura de los cultivos de madera y 16.500 empleos indirectos (maquinaria, transporte, talleres…) en España.
Las plantaciones para papel españolas son grandes sumideros de CO2 que almacenan 27 millones de toneladas CO2 equivalente. El eucalipto y el pino que utiliza la industria papelera son árboles que absorben mucho CO2 debido a su rápido crecimiento (el eucalipto fija al año el doble de carbono que el castaño y cinco veces más rápido que la encina).
El sector está comprometido con la gestión forestal sostenible de estas plantaciones y con su certificación: el 100% de las fábricas españolas de celulosa están certificadas
El material que más se recicla
La industria papelera española recicla 162 kilos de papel cada segundo. Con 5.093.800 toneladas de papel y cartón usado recicladas en 2011, se sitúa como la segunda industria papelera más recicladora de Europa, superada solo por Alemania y con el mismo volumen de reciclaje que Francia.
En España el desarrollo de los sistemas de recogida de papel y cartón es un claro caso de éxito colectivo: la colaboración de las administraciones y la industria y la activa y creciente participación de los ciudadanos han hecho posible que en 2011 se recogieran para su reciclaje 4.722.500 toneladas de papel y cartón, más del doble que hace solo quince años.
Recogemos ya para su reciclaje el 74% del papel que consumimos, lo que nos permite codearnos con el selecto grupo de la docena de países punteros en todo el mundo que superan la tasa del 70%.
Los sistemas de recogida además se autofinancian con los ingresos procedentes de la venta del papel recuperado a las fábricas papeleras que lo reciclan y con las aportaciones del punto verde.
Apoyando este éxito en la recogida, la industria papelera española ha ido incrementando su capacidad recicladora, invirtiendo en nuevas y mejores instalaciones, que le permiten garantizar el reciclaje de todo el papel y cartón que se recoge en España e ir siempre por delante para absorber los sucesivos incrementos de la recogida
Fábrica eficiente, fábrica verde
El sector papelero español ha realizado un gran esfuerzo inversor en mejora de equipos y tecnología y en I+D para disminuir el impacto ambiental de sus procesos de fabricación. Actualmente, la casi totalidad de la producción de celulosa y papel (93%) se fabrica bajo sistemas de gestión medioambiental certificados.
La revolución medioambiental protagonizada por la industria de la celulosa y el papel española en los últimos años, ha hecho realidad en el sector el concepto de fábrica eficiente, tanto en términos medioambientales como económicos. Eficiencia energética, eficiencia en el uso de agua y eficiencia en la gestión de los residuos del proceso son los tres principales pilares de esta revolución verde.
El gas natural supone el 63% de los combustibles utilizados por el sector y la biomasa el 35%.
Con una potencia instalada en cogeneración de 1.135 MWe en 2011, el sector papelero no solo produce la energía que consume sino que aporta sus excedentes al sistema. El sector ha conseguido desacoplar la evolución de las emisiones tanto de la producción de papel y celulosa como de la generación de electricidad.
Del total del agua que se utiliza en la fabricación de celulosa y papel, solo el 5-10% se consume al evaporarse durante el proceso industrial o porque se incorpora al producto. El resto del agua (el 90-95%) se devuelve al río o al mar una vez depurado.
El 71% de los residuos del proceso papelero se valorizan ya por distintas vías: uso directo agrícola (31%), compostaje (12%), industria cerámica (10%), industria cementera (8%)…
Bioconsumo y productos papeleros
Hay que optimizar el uso de los recursos -incluidos los renovables-, mediante un consumo responsable. Y, dando un paso más allá, hoy la sociedad demanda productos integrados en el ciclo natural. Productos que -como el papel- proceden de la naturaleza, que son reciclables y que retornan a la naturaleza.
Los productos de papel y cartón contribuyen a la calidad de vida de los ciudadanos. Y lo hacen de modo natural no solo por proceder de una materia prima natural, renovable y reciclable, sino porque cuando echamos mano del papel en esta o en aquella situación lo hacemos de modo natural, con la familiaridad que nace de una relación cotidiana, una relación de confianza.
Y podemos confiar en el papel para mejorar nuestra calidad porque detrás de los productos papeleros hay un sector industrial comprometido con la ecoeficiencia. Un sector preparado para jugar un papel fundamental en la emergente bioeconomía, la economía del futuro. Un sector que genera riqueza desde un claro compromiso con la sostenibilidad.
La tecnología, la innovación y la investigación son fundamentales para que las industrias basadas en ciclos naturales como la papeleral puedan hacer realidad estas aspiraciones de la sociedad. La respuesta está en la propia naturaleza que innova sin cesar para garantizar su propio futuro.
En el sector papelero ese futuro ya ha comenzado, con productos inteligentes que interactúan con el consumidor (papeles termo-sensibles que nos dicen si la fruta está madura, embalajes de papel y cartón capaces de recordarte cuándo debes tomar tu medicina), baterías de papel, pantallas de fibra fabricadas con celulosa…